Este blog forma parte del proyecto narrativo "Cuéntalo Todo", bajo la dirección del maestro Sandro Cohen dentro de la materia de Redacción Universitaria del Departamento de Humanidades, División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco.

domingo, 14 de octubre de 2012

Aquella cancha de basquetbol



Cómo recuerdo el día que te vi por primera vez. Esos enormes ojos y la hermosa sonrisa que iluminaba tu rostro. Para mí lucías perfecto y llegué a pensar que eras para mí.

No sabía ni cómo ni cuánto tardaría en conquistarte. El primer paso sería acercarme y hablarte; sabía que no sería sencillo. Sin importarme lo que pudiera pasar, me acerqué y te saludé. Tu respuesta fue justo la que yo esperaba. Conversamos por mucho tiempo; sentados  a la orilla de la cancha de basquetbol, nos despedimos y prometimos volver a vernos. Era como si una fuerza sobrenatural hiciera que tú y yo nos encantaramos. Precisamente ese tipo de recuerdos hacen que yo me ponga triste. No puedo entender porqué ya no estás a mi lado.

Ver pasar un bocho amarillo significa buena suerte. Y el día que te conocí, justo vi pasar tres Volkswagens  de ese color. No creía en ese tipo de ideas, y al concluir el día mi perspectiva era otra. Es impresionante como se puede querer y extrañar tanto a una persona en tan poco tiempo. Pero lo más importante es que sea amor sincero. Amor para toda la vida, pues  eres  el amor de mi vida y lo seguirás siendo; aunque ya no pueda acariciar tu cabello, tomar tus manos o morderte la mejilla.

La vida nos pone a prueba, nos quita o nos aleja de lo que más nos interesa. Si regresa, es tuyo. Si no, nunca lo fue. Suena muy complicado y muy feo. Creo que no tiene que ser del todo así, porque se puede luchar. Debemos traer de regreso  lo que consideramos nuestro. No debería importarnos si fue por ti o por mí.

Recuerdo los momentos que pensaba en ti y como  por arte de magia comenzaba a sonar el celular anunciando que tú estabas llamando. Inmediatamente una sonrisa se me dibujaba en el rostro, y parecía que había sido trazada con marcador permanente,  porque era muy difícil borrarla.

Ahora no sé que sigue; sé que no se puede vivir de recuerdos. Pero no es tan sencillo sacarté de mi mente, de mi piel y de mi corazón. El hecho de que yo te extrañe, no significa que tú también. Solo espero que nos volvamos a encontrar. Mirar juntos el atardecer, dónde lo vimos tantas veces. Y aúnque lo deseó; pasará en el momento menos esperado. Porque las mejores cosas suceden cuando menos las esperas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario